jueves, 27 de septiembre de 2012

Antipoesía


Antipoesía Nocturna

La estrecha noche:
el farol de la calle
es la única luna.
El gato negro desvelado
gruñe a los perros de sus recuerdos
camina inseguro e ingrávido
espera a los ratones que serán su venganza  y su alimento.
Venganza y alimento ¡vaya mezcla!
¡Allá que se entiendan entre animales!
Un ladrón espera que se duerman las luces de las casas
quiere atacar
se amarihuna
se le prenden las luces
se le apagan los miedos.
El ladrón no nos pertenece
ha cruzado las fronteras de los barrios tristes y pobres
ha recalado en las calles de un barrio de ladrones medianamente pobres         
ratones y ratas se llevan bien, por supuesto.
Los humanos somos gatos acechantes
con fantasmas de perros persiguiéndonos.
Un carro desorientado pasa a cien por hora
solo deja el sonido del aire cortado.
Un drogadicto se mete al cementerio
a fumar su adicción
y a esconder su culpa.
El mar se esconde en las sombras
las olas se imaginan con su flujo y reflujo.
Soy el observador de la noche, el desvelado, el poeta, el antipoeta
soy el que mira, el que escribe sin reglas
soy dueño de estas calles:
Me pertenecen tanto que las reinvento.
Al gato negro le ha salido una fina cola por la boca.  

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